Prueba Royal Enfield Bear 650: ¡La Royal más gamberra!

Royal Enfield estrena el estilo scrambler en su gama bicilíndrica con la nueva Bear 650. Un modelo que toma la base mecánica de la conocida Interceptor 650 y la ha adaptado para su uso mixto, tanto por asfalto como fuera de él. Está caracterizada por sus neumáticos del tipo trail y unas suspensiones de mayor recorrido, además de reforzadas como exige el uso por campo, entre algunos otros detalles técnicos que describiremos a continuación. Todo sin renunciar a una cuidada estética de estilo vintage, como nos tiene acostumbrados la centenaria marca india.

Un modelo con historia…

En realidad, esta nueva Bear 650 es todo un homenaje a la gesta realizada por el jovencísimo piloto Eddie Mulder, y que con tan sólo 16 años ganó la competición Big Bear Run en su edición de 1960. La carrera más salvaje de las que entonces se empezaban a disputar en los desiertos de California, y donde el joven Eddie se impuso a más de 700 participantes con su Royal Enfield. A partir de aquel momento ya se le conocería como Eddie “Fast” Mulder. Ahora la marca india rinde homenaje a tamaña gesta con el modelo Bear 650 y, además, ha dedicado su versión Two Four Nine al piloto californiano cuyo dorsal fue también el #249 en aquella carrera.

Como decimos, la Bear 650 parte de la Interceptor. Toma su bastidor de doble cuna de acero, aunque se ha reforzado convenientemente para capacitarlo a un uso más intenso por campo. Las suspensiones se han reforzado y han ganado recorrido. Ahora con una horquilla invertida con barras de 43 mm de diámetro y 130 mm de recorrido en el tren delantero; y una pareja de amortiguadores que ofrecen un recorrido de 115 mm a la rueda trasera. Las suministra Showa y sólo hay posibilidad de regulación en la precarga del muelle de los amortiguadores traseros.

Las llantas son de radios y tienen medidas específicas para la Bear. Con la rueda trasera de 17 pulgadas y una medida de neumático de 140/80-17” combinada con la delantera de 19 pulgadas y un neumático de 100/90-19”. Los neumáticos son los indios MRF Nylorex creados específicamente para el modelo y presentan un dibujo con taco alargado totalmente adaptado a su uso por asfalto. Éstos emplean cámara.

El sistema de frenos está compuesto por un generoso disco de 320 mm de diámetro mordido por pinza de doble pistón para el tren delantero junto a otro disco de 270 mm también con pinza de doble pistón detrás. Asistido por el obligatorio ABS pero con posibilidad de desconexión en el eje trasero, lo que permite un uso más eficaz fuera del asfalto.

Rendimiento del motor optimizado

El propulsor es el conocido bicilíndrico en paralelo refrigerado por aire que estrenaron la propia Interceptor 650 y Continental GT hace casi una década. Pero para su uso en la Bear se ha adecuado para un uso más deportivo. Lo primero que llama la atención externamente es que ahora sólo dispone de una única salida de escape.

En su interior se ha modificado la gestión de la ECU y ahora ofrece un 8% más de par motor máximo que en la versión original. Este incremento del rendimiento supone alcanzar los 56,5 Nm a 5.150 rpm, es decir 4,2 Nm más de par motor y logrados unas 500 revoluciones antes. ¡Y vaya si se notan en marcha! La potencia máxima apenas varía y declara 47 CV a 7.150 rpm. Prácticamente en el corte del régimen de giro, a unas 7.200 rpm según el cuentarrevoluciones.

Esta modificación del propulsor también supone unas menores emisiones, cifradas en 99 gr/km; así como un menor consumo declarado de 4,16 litros cada 100 km. Es decir, del orden de medio litro menos de consumo cada cien kilómetros que con el motor original. Lo que asegura una autonomía superior a los 300 km con su depósito de 13,7 litros de capacidad.

La Bear 650 declara un peso de 214 kg con su depósito casi lleno en un 90%. Es decir, unos 3 kg menos que la Interceptor 650 de la que procede su mecánica. Básicamente por prescindir de la doble salida de escape.

Ergonomía vintage

A los mandos, lo primero que llama la atención es el generoso ancho del manillar. Ahora monta uno del tipo off road y que llama la atención por la ligera caída de sus puntas. Que le otorga cierto toque old school. El asiento es del tipo corrido, y con el paso de los kilómetros nos ha parecido que le faltaba algo más de espumado. Eso sí, permite una total libertad de movimientos a la hora de disfrutar de la conducción con la Bear 650.

El funcionamiento de las suspensiones ofrece un tarado firme pero que no llega a resultar incómodo. Con unos frenos eficaces y que nos parecen mejor dimensionados en otros modelos de la gama bicilíndrica de Royal Enfield. El tacto del embrague resulta un tanto duro, por lo que no tardamos en cogerle el punto al cambio de marchas para evitar usar su maneta. Incluso a la hora de reducir, donde la retención del motor evita castigar los frenos.

Comparado con los otros modelos bicilíndricos indios, se aprecia el mayor empuje del motor a medio régimen de revoluciones gracias al incremento del par motor. Nada menos que un 8 %.

Retro pero…

A pesar de su concepto vintage, como buen modelo scrambler. La Bear 650 no renuncia a montar un cuadro de relojes moderno. Es el mismo que monta la Himalayan 450. Un vistoso panel TFT de 4 pulgadas con formato circular y que permite consultar su información, como el régimen de giro, la velocidad o la marcha engranada de un simple vistazo. Además, se puede cambiar el diseño de la información de la pantalla. Siempre con un toque clásico en su formato. Su manipulación es desde un joystick ergonómico ubicado en la piña izquierda. Y cuenta con conectividad, como no podía ser de otra manera.

Otros detalles modernos son los sistemas de alumbrado y señalización mediante los más actuales ledes.

Opinión final: ¡la que faltaba!

Royal Enfield ya contaba con algún modelo scrambler en su catálogo, como fue la descatalogada Scram 411. Aunque en la cada vez más nutrida gama bicilíndrica justo faltaba un modelo de este tipo que mantuviese el concepto retro pero combinado con el de uso mixto o trail. La Bear 650 aporta ese toque más gamberro de un modelo capacitado para abandonar el asfalto. El conjunto es equilibrado y permite su uso tanto a diario como para hacer escapadas por el puro placer de disfrutar de la conducción. Con el aliciente de permitir internarse en pistas forestales, mejor si son del tipo sencillo. En ella destaca el rendimiento del motor, ligeramente potenciado en el rango de revoluciones más usado.

El precio de la Bear 650 arranca en los 7.387 € para el esquema de color Petrol Green, y que es el ilustra la prueba. Por cien euros más (7.487 €) está disponible en el color Golden Shadow; y por otros cien euros más (7.587 €) la versión Two Four Nine (#249) dedicada a la gesta de Eddie “Fast” Mulder.

Probador: Marcos Blanco

Equipación: Cazadora Spidi Firebird – Casco HJC RPHA 11